Actualmente ya no basta con proveer a la población de educación, sino se busca que ésta sea de calidad, capaz de dotar a los estudiantes de los conocimientos y competencias necesarios para enfrentarse y resolver los retos que le impone el mundo actual. La educación es proporcionada por los docentes, por lo que su calidad está estrechamente vinculada con el bienestar de éstos.
En una concepción paidocéntrica de la educación, al docente se le ha visto tradicionalmente sólo como “una persona que enseña”, un mero ejecutor de programas educativos. En consecuencia, en cuanto a su rol en el proceso educativo, las estrategias sólo se han centrado en el fortalecimiento de su formación y capacitación técnico-pedagógicas, lo cual es absolutamente necesario para un buen desempeño de su labor y el logro de los objetivos, pero resulta insuficiente.
Es necesario empezar a tener una visión integral del docente que lo ubique ya no como instrumento si no como actor protagónico en el proceso educativo.
Debido a ello, la presente investigación se enfoca en la descripción de las principales condiciones laborales que se consideran como fuentes generadoras de estrés en los docentes de educación básica y las consecuencias a nivel personal y organizacional que acarrean.